25 de octubre de 2013

Una nueva puerta se abre!



Cuantas veces no has sentido que te vuelves a equivocar? 

cortesia de http://pabloadan.wordpress.com
Y te dices:
pero otra vez ! 
que suerte tengo. me volvió a pasar!

Nos quejamos de nuestra suerte porque nos vuelven a pasar cosas similares a las que hemos vivido con anterioridad, pero no somos capaces de darnos cuenta que estamos que repitiendo el mismo patrón de selección y de conducta que nos ha llevado a vivir experiencias no tan buenas. Esas misma experiencias que nos han hecho sentir desgraciados, no es el destino, son nuestras propias elecciones y mecanismos repetidos inconscientemente.
A veces catalogamos nuestras desdichas como ajenas, y no nos hacemos responsables de cómo va nuestra vida, culpando continuamente al mundo exterior, negándonos la oportunidad de diseñar nuestra propia vida.

Como podemos romper con el patrón y no permitir  que nos afecten la influencias externas?
 
Sentirnos bien o mal con nuestro entorno, en el trabajo, con nuestra pareja o con las decisiones que tómanos, depende íntegramente de cómo nos sentimos y de nuestras propias convicciones. Los hechos exteriores y las personas pueden cambiar, pero si tú mantienes los mismos pensamientos repitiendo el mismo patrón, nada cambiara en nuestras vidas, las buenas y malas experiencias dependen casi siempre de nosotros mismos, la forma en que enfocamos nuestros propios pensamientos son los que nos llevan a tenar una mejor calidad de vida llena de satisfacciones y agradables experiencias. 


La desdicha no se puede adjudicarse a ninguna persona;  si estás hoy estas viviendo una mala experiencia de vida, busca dentro de ti las causas de tus padecimientos, nuestras propias elecciones son la razón que nos enredas de nuevo en relaciones y momentos que ya habíamos vivido sin satisfacción personal. Revisemos el tipo de amistades que seleccionamos, como han sido el tipo de pareja con la que hemos compartido, que paso con los negocios o planes que han fracasados; hurguemos profundamente en nuestro interior “quizás al principio no sea tan fácil ver de dónde vienen los conflictos”, no podemos dejarnos vencer por los obstáculos, y comencemos por cambiar la forma como hasta ahora venimos haciendo nuestra selección de vida.


Analicemos la forma como hemos enfocado nuestra vida hasta ahora, revisemos si hemos adoptado modelos de nuestra familia y si estos no ha sido satisfactorios o no. Busca, busca y busca dentro de ti, que es lo que realmente te produce satisfacción y cuales modelos han caudado estragos en tu vida. Si no encuentras por ti mismos la forma de salir de situaciones repetitivas no satisfactorias, entonces  busca la ayuda con un terapeuta. Una vez que hayas decido cambiar la forma de revertir experiencias no satisfactorias, te habrás convertido en una persona autodetermínate.

Emprender nuevas forma de llevar la vida muchas veces no ha sido fácil, pero es el único camino para cambiar

Siempre hay algo nuevo que vas a descubrir !


En todo caso si sientes que las cosas las estás haciendo bien.

La vida teje con hilos invisibles y uno nunca sabe porque pasan las cosas, pero si pasan es por algo.

22 de octubre de 2013

La vida se mueve en ciclos y no hay camino de vuelta.


Cuando San Jeremías era un anciano, que lucía barba blanca y que podía mirar hacia atrás a una larga vida, se sentaba con sus amigos y le contaba  anécdotas de su vida.
 
imagen cortesia de
http://www.cuapa.com
  
“Cuando era joven tenía un temperamento fogoso y sentía el impulso de cambiar el mundo. Rezaba todos los días a Dios que me bendijera con fuerzas extraordinarias para poder convertir la humanidad y transformar el mundo en un lugar mejor.

Pero ya en la madurez, desperté de golpe y me di cuenta de que había pasado la mitad de mi vida y el mundo seguía siendo el mismo.

A partir de ese momento le rogué  a Dios que me diera fuerzas para salvar a todos con los que estaba vinculado y para poder ayudar a aquellos que con más urgencia lo necesitaba.

Ahora que soy un anciano y que mis días están contados, mis súplicas a Dios son muchos más modestas. Mi única oración es: “Dios concédeme la gracia de cambiarme a mí mismo”.

Si ésta hubiese sido mi petición desde el principio hubiese logrado más”.

La vida se mueve en ciclos y no hay camino de vuelta.

Extraído del libro Mándalas  
Fuerza para el alma y el espíritu.
de Marlies y Klaus Holitzka